En la edición del martes 9 de febrero pasado del diario EL UNIVERSAL aparecen publicadas las opiniones de los diversos partidos de oposición sobre la iniciativa de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica enviada por el Ejecutivo Federal a la Cámara de Diputados el pasado 29 de enero.
De acuerdo con la nota, el PAN afirma que la iniciativa: “es inconstitucional”; “violenta compromisos asumidos en el T-MEC”; “regresa a la CFE el monopolio en la generación de energía”; “genera incertidumbre”; “producirá energía que llegará a los hogares más cara y sucia”; “tiene una alta carga ideológica”.
Todas esas afirmaciones son falsas.
En primer lugar, la iniciativa no es inconstitucional. El artículo 28 de la Constitución le otorga a la nación la exclusividad para “el control”, “la planeación”, el “servicio público” y “la distribución” de la electricidad, considerada como área estratégica.
En segundo lugar, no se violentan los compromisos asumidos en el Tratado México-Estados Unidos-Canadá. Por el contrario, dicho Tratado, a diferencia del TLC, es más preciso en la determinación del manejo soberano de las políticas energéticas de cada país.
En tercer lugar, no se regresa a la Comisión Federal de Electricidad el monopolio de la generación eléctrica. Para empezar, la propia Constitución establece que no se consideran monopolios las actividades económicas exclusivas de la nación. Pero además, la iniciativa en cuestión no propone que sólo el Estado genere electricidad. Se sigue contemplando la participación de los particulares, nacionales y extranjeros.
En cuarto lugar, no se genera incertidumbre. Al contrario, la reforma propuesta permite precisar las reglas de la participación de los privados y del Estado en la generación de electricidad. Y fortalece la certidumbre para que las tarifas eléctricas no aumenten y para que la nación tenga seguridad en el abastecimiento del fluido eléctrico.
En quinto lugar, la electricidad que se producirá no será más sucia ni más cara. Se ha corrido la versión de que los particulares producen energías limpias y la CFE energía sucia. No es así. Hay particulares que producen electricidad sobre la base del gas y particulares que producen energía eólica después de arrasar grandes superficies de tierra cultivable. En cambio, hay energía limpia generada por la CFE a través del agua que no está reconocida en la Ley.
En sexto lugar, la iniciativa no tiene una alta carga ideológica. No se busca concretar preceptos doctrinarios, sino cosas muy sencillas: que se permita la utilización de la energía eléctrica producida por las hidroeléctricas de la CFE; que se reconozca esta como energía limpia; que no se subsidien los incumplimientos de las empresas privadas en la entrega de electricidad y que la entrega de electricidad por parte de las empresas privadas sea física. En todo caso, la carga ideológica estuvo presente en la justificación de una privatización eléctrica generalizada que no era necesaria.
La aprobación de la iniciativa del Presidente ayudará a que no aumenten las tarifas de la electricidad y la deuda de la CFE y a que la nación tenga mayor seguridad en la obtención de la electricidad que necesita.