El presidente Andrés Manuel López Obrador celebró la aprobación de la reforma educativa, por parte de la Cámara de Diputados, al aseverar que en términos generales se cumple con el propósito de cancelar el ordenamiento vigente, que insistió, fue impuesto desde el extranjero.
“Se avanzó en este terreno, es un problema menos” para mejorar la educación, expresó en conferencia de prensa en Palacio Nacional, donde consideró lógico que los legisladores de un partido hayan votado en contra, pues buscan mantener lo mismo, “casi todos votaron por cancelarla, menos los de un partido conservador”.
El mandatario federal rechazó que la aprobación de la reforma que será enviada al Senado de la República para su discusión y eventual aprobación, signifique el regreso a la venta o tráfico de plazas, charrismo sindical o sindicatos protegidos por el gobierno, “es un cambio por completo”.
Al preguntarle sobre la licitación de papel para libros de texto en la que participa un conocido suyo, enfatizó que él no protege a nadie, ni acepta influyentismo de amigos o familiares, “no me responsabilizo de la actitud o el desempeño de mis hijos, mi esposa, de nadie de mi familia, absolutamente, y tampoco de amigos ni compadres”, expresó.
El Ejecutivo federal rechazó las acusaciones de la oposición en el sentido de que con la aprobación de la nueva reforma educativa se deje abierta la puerta al Sindicato de Trabajadores de la Educación (SNTE) para el “reparto o tráfico” de plazas magisteriales, al señalar que éstas deben entregarse con base en los méritos.
“Pues no, eso es lo que sostienen los que defienden la mal llamada reforma educativa, que es el regreso a la venta de plazas, no es así. Los maestros no son corruptos, son gente buena, trabajadora, gente honesta. Me consta, por eso me enojaba mucho cuando desataban campañas en contra de los maestros”, expresó al mencionar el caso del extinto líder magisterial de Oaxaca, Rubén Núñez.
Destacó que durante el sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto se afectó la dignidad de los maestros y que incluso desde la Secretaría de Educación Pública (SEP) se impulsó una campaña de desprestigio en contra del magisterio nacional, la cual tuvo un costo de dos mil millones de pesos.
Al resaltar que este año se apoyará a estudiantes con 10 millones de becas, dijo que durante su administración se fortalecerá a las escuelas normales, así como la carrera magisterial, y dejó claro que no habrá sindicatos protegidos por el gobierno, “no se aceptan grupos de intereses creados”.
Tampoco habrá, dijo, entrega de dinero a dirigentes para “mantenerlos quietos. No va haber maiceo, maíz con gorgojo. ¡Nada! ¡Nada y libertad completa, quien no esté de acuerdo tiene todo el derecho de expresarse, sin represión!”
Al abundar sobre el caso de su asesor Miguel Rincón, quien participa en la licitación de papel para los libros de texto, dijo desconocer el tema y si en todo caso está impedido legalmente para participar. “No protejo a nadie. Yo estoy inventariado, me debo al pueblo, a un movimiento que busca una transformación, un cambio verdadero”.
Sobre la educación sexual que se propone incluir en los libros de texto gratuito, López Obrador opinó que ésta debe darse “sin dogmas y sin carga ideológica, tiene que hacerse una revisión en los libros educativos”.
En ese sentido aseguró que deben ser los pedagogos quienes elaboren con toda libertad los contenidos en ese sentido, pues consideró indispensable ofrecer la mayor información a los adolescentes sobre la sexualidad.
Esto es, acotó, no se deben mezclar la fe ni los dogmas, sino apegarse al conocimiento, dado que el objetivo es avanzar hacia una educación humanista, de avanzada.
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