La eudemonía, definida como el grado de satisfacción personal respecto a la vida, y que el Inegi organiza como fortaleza anímica y sentido ontológico, es el más fuerte entre los mexicanos. Con evaluaciones por encima de los 9 puntos.
Las cifras parecen darle la razón al presidente de México cuando menciona que “el pueblo está feliz, feliz, feliz”. Este miércoles, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ubicó el estado de ánimo promedio de los mexicanos en un nivel de 6,6 (en una escala de -10 a 10) en enero de 2024. Se trata del mejor nivel de satisfacción reportado en el Módulo de Bienestar Autorreportado en el país desde que inició su medición en 2015.
Los valores que mide son subjetivos, pero contundentes: nivel de vida, relaciones personales, tiempo libre, la ciudad en la que se vive, trabajo, logros en la vida, estado de salud y percepción de seguridad son solo alguno de los rubros que evalúa el Inegi al momento de medir el bienestar promedio de los mexicanos.
En promedio, el nivel de bienestar de los mexicanos es de 6,6, una cifra considerada positiva por el organismo evaluador, pero que se puede considerar un poco baja si se pondera individualmente cada uno de los rubros que determinan el estado de ánimo de México. Por ejemplo, la abstracta calificación de satisfacción con la vida registra un promedio de 8,4 entre los habitantes, pero sube el nivel de bienestar cuando se habla de relaciones personales, con una puntuación de 8,8.
Si se quiere ver desde la alegoría del vaso medio lleno o medio vacío, sin duda los mexicanos tienen una perspectiva positiva de su realidad. El mayor porcentaje de población adulta en el ámbito urbano de México está satisfecha o muy satisfecha, es decir, 48% calificó con 9 y 10 su satisfacción con la vida. Quienes ven el vaso medio lleno y califican su satisfacción con 7 u 8 corresponde al 44,9% de los mayores de edad. Los pesimistas, esos que siempre ven el vaso vacío, conforman menos del 7% de la población.
En general, los mexicanos construyen su propia felicidad, pues es en los ámbitos personales donde mejores calificaciones se obtienen. Si se habla de rubros de apreciación pública, las cosas no se ven con tan buenos ojos y hasta presentan una baja en la evaluación respecto al año pasado. La seguridad ciudadana muestra el nivel más bajo de calificación con 5,4 mientras que el nivel de satisfacción con el país fue 7,4. El nivel de bienestar con la ciudad en la que habita resultó en 7,6 y la relacionada con el vecindario fue 8.
En la misma tesitura, los niveles de malestar son bajos, sobre todo si se compara con lo registrado durante la pandemia de covid-19. En enero de 2024, solo 5,6% de los mayores de edad reportaron más preocupaciones o estrés que tranquilidad, una cifra contrastante con abril de 201, donde 10,4% de los mexicanos dijeron sentirse apesadumbrados.
Sin embargo, es el aspecto espiritual de los mexicanos uno de los que más llaman a atención. La eudemonía, definida como el grado de satisfacción personal respecto a la vida, y que el Inegi organiza como fortaleza anímica y sentido ontológico, es el más fuerte entre los mexicanos. Con evaluaciones por encima de los 9 puntos, los mexicanos se sienten afortunados, libres para decidir, con un propósito o meta, así como fortalecidos en torno a las dificultades.
La fuerza de los mexicanos, como ellos mismos lo manifiestan en esta encuesta, proviene del interior.