En los últimos meses, la pandemia por covid-19 ha impactado de diversas maneras nuestras vidas; lamentablemente, cada vez es más frecuente conocer casos de personas enfermas o familiares y amigos que perdieron la batalla contra el coronavirus.
Conforme acrecentó la pandemia, la esperanza en el mundo para volver al ejercicio de nuestra cotidianidad ha sido la llegada de una vacuna, pues es la única manera en la que se activan las defensas en nuestro organismo para resistir ante el virus, fortalecer nuestro sistema inmunológico y generar anticuerpos.
En el caso de nuestro país, no es menor lo que se ha logrado al respecto, pues estamos tan acostumbrados a tener gobiernos que no atienden con urgencia y prontitud las necesidades de la población, que es digno de ser nombrado lo que se ha logrado en materia de vacunación en los últimos meses, que destaca la rapidez con la que la población mexicana accederemos de manera gratuita a la anhelada vacuna.
México ocupa el lugar número 17 en el mundo en vacunas administradas por cada 100 habitantes de la población total; en Latinoamérica, según la plataforma Our World In Data —que se basa en cifras de la Universidad de Oxford—, nuestro país está tan sólo detrás de Argentina.
La primera persona en recibir la vacuna contra covid-19 en México, el 24 de diciembre de 2020, fue María Irene Rivera, una enfermera del Hospital Rubén Leñero de la Ciudad de México. A la fecha, ya se han aplicado 415 mil 417 vacunas y en la mayoría de las entidades del país ya empezó a administrarse la segunda dosis.
El esquema de vacunación que se ha establecido está basado en etapas de aplicación con un enfoque de justicia y no de privilegio: de diciembre del año pasado a febrero del presente será al personal de salud de la primera línea de control de covid-19; de febrero a abril, el personal de salud restante y personas de 60 años y más, las personas de 50 a 59 años, de abril a mayo de 2021, y de mayo a junio, personas de 40 a 49 años; finalmente, el resto de la población, de junio de 2021 a marzo de 2022.
No sólo eso, además, México fue el quinto país del mundo en comenzar la inmunización con la vacuna Pfizer, compró 77 millones de dosis de la vacuna AstraZeneca, está por cerrar el contrato para la compra de 32 millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik V, a la par de que la Cofepris está por emitir una resolución sobre esa fórmula y está llegando el primer cargamento de principio activo equivalente a 6 millones de vacunas; se compraron 35 millones de dosis de la vacuna Cansino y se trabaja en una planta para el envasado en territorio nacional de la misma.
Según la información proporcionada por el secretario de Hacienda, el monto de los convenios para recibir las vacunas ha sido de mil 659 millones de dólares, invertidos en la salud y bienestar de las y los mexicanos para dicho propósito. En plena emergencia sanitaria y con pérdidas humanas a nuestro alrededor por el coronavirus, sin duda, que se destine presupuesto para la compra de vacunas y se presente un esquema de administración justo y eficiente, llena de esperanza.
A pesar de ello, en esta emergencia sanitaria, en la arena política no hubo tregua para pensarnos como una nación diversa pero solidaria que hiciera todo lo posible por salir adelante y pasarla menos mal. Algunas de las voces de oposición al gobierno, en sus filias y fobias, han sido mezquinas en todo este proceso. Como la usuaria de Twitter @Miriam_Junne, que publicó hace algunos días esas voces agoreras del desastre, primero decían que nuestro gobierno era tan ineficaz que nunca conseguiríamos la vacuna, luego sospecharon de las mismas y dijeron que no se las pondrían, cuestionaron por qué no se ponían a la venta, sin pensar en el personal de salud como primeros receptores y ahora se le acusa al gobierno de entreguismo porque AMLO hizo eco del llamado de la ONU para reducir las entregas para que países más pobres puedan acceder a ésta.
Texto publicado en Excélsior.