Hoy, a cinco años de ser partido político nacional, Morena es por mucho el gran ganador, porque la población está viendo que la forma de gobernar es diferente y junto con los ciudadanos estamos construyendo una sociedad mejor y poniendo en alto la grandeza de nuestra patria.
Morena, el partido que hoy es la primera fuerza política en el país, cumple cinco años. Un 9 de julio de 2014, el Instituto Nacional Electoral emitió la resolución que le otorgó el registro como partido político nacional.
El Movimiento de Regeneración Nacional surgió en 2011 como un movimiento político y social impulsado por Andrés Manuel López Obrador, como parte de su campaña presidencial a las elecciones federales de 2012 en ese año se constituyó como asociación civil.
Desde sus primeros pasos, Morena ha caminado en la firmeza de impulsar un cambio en la forma tradicional de intervenir en los asuntos públicos.
Morena se ha afincado como el partido del cambio verdadero: de gobierno, de sistema político; cambio de fondo para reconstruir a México sobre bases nuevas.
Por muchos años, como movimiento, Morena tuvo que denunciar hasta ser escuchado y levantó la voz para hacerse presente.
Así, la constancia y la congruencia la han colocado como la primera fuerza política de México. Llegar hasta aquí es un logro colectivo, es la suma de esfuerzos y anhelos de construir una patria nueva, una patria digna. Las elecciones de 2018, son evidencia de ello.
En 2018, Morena marcó un hito en la historia política de México, por dos hechos contundentes: por primera vez un candidato de izquierda ganó las elecciones presidenciales, y porque Andrés Manuel López Obrador, nuestro fundador y candidato, es el presidente que más votos ha cosechado en la historia del país.
El triunfo de Andrés Manuel López Obrador y de Morena tiene una profunda carga simbólica para los simpatizantes y militantes, ya que después de siete décadas de régimen de un partido único y luego de tres sexenios de contubernios partidistas, entre el revolucionario institucional y acción nacional, los ciudadanos supieron que su voto vale y cuenta.
Votar fue por mucho tiempo un derecho manipulado, usado para beneficiar a unos cuantos, por eso aquel 1 de julio de 2018, el triunfo fue de todos.
De las 32 entidades de la República, en 30, Andrés Manuel López Obrador, ganó con aplastante mayoría.
En 10 estados obtuvo más de un 25 por ciento de votos de diferencia sobre el segundo candidato (Ricardo Anaya) y en otros 10 estados, la diferencia fue de más del 50 por ciento. En el estado de Tabasco la diferencia llegó al 72.0 por ciento.
Las elecciones del 2018, además de provocar esa sensación de confianza entre los jóvenes votantes que por primera vez acudieron a las urnas y aquellos que, después de fraudes, trapacerías o caídas de sistema, volvieron a votar, también cambiaron el color a las curules de la Cámara de Diputados y del Senado.
En la Cámara de Diputados, el 1 de julio de 2018, los resultados colocaron a Juntos Haremos Historia en 219 lugares para legisladores elegidos en las urnas, más 84 plurinominales. Es decir, un total de 303 diputados.
En el Senado de la República, se ganaron 54 legisladores electos en las urnas, más 16 senadores plurinominales, es decir, la mayoría absoluta del pleno, con 70 integrantes.
En los estados se eligieron 585 diputados locales por mayoría relativa y 387 por representación proporcional. De los 27 Congresos locales, en 19, Morena ganó la mayoría.
En la Ciudad de México, Morena arrasó, al llevarse la Jefatura de Gobierno de la capital, así como 11 de las 16 alcaldías.
Y seguimos haciendo historia. En las elecciones de 2019, con el triunfo en Puebla y Baja California, Morena ya gobierna en siete estados de la República, lo que equivale al 30 por ciento de la población.
El 2 de junio de 2019 ganamos: en Baja California 1 gubernatura, 5 alcaldías, 17 diputaciones; en Puebla 1 gubernatura, 1 alcaldía; en Quintana Roo 11 diputaciones; en Durango 2 alcaldías; en Tamaulipas 1 diputación; en Aguascalientes: 1 diputación.
Hoy, a cinco años de ser partido político nacional, Morena es por mucho el gran ganador, porque la población está viendo que la forma de gobernar es diferente y junto con los ciudadanos estamos construyendo una sociedad mejor y poniendo en alto la grandeza de nuestra patria.