Intervención en tribuna del Dip. Marco Antonio Medina Pérez, en pro del dictamen en materia de justicia laboral, libertad sindical y negociación colectiva.

11 de abril del 2019

Este día los derechos laborales darán un salto cualitativo fundamental.

Estamos en posibilidad de propiciar una realidad laboral más justa para los trabajadores mexicanos. Más de 100 años han transcurrido desde que el marco que norma la vida laboral mexicana fuera consagrado en nuestra Constitución Política de 1917.

Posteriormente se creó la Ley Federal del Trabajo, en 1931, y una subsecuente reforma a ese texto legal se suscitó en 1970. Más tarde, en 1992, a propósito del outsourcing y de todo el asunto este que veníamos discutiendo, hubo una regresión laboral propiciada por las fuerzas de derecha, y fue hasta hace dos años que se promulgaron las modificaciones constitucionales al artículo 123 en materia de justicia laboral y democracia sindical.

Efectivamente, esta reforma es la que nos obliga ahora a llevar a cabo la reforma a la ley secundaria, en este caso es la Ley Federal del Trabajo. Así, las y los diputados de esta legislatura hemos elaborado en conjunto con trabajadores, miembros de los Poderes del Estado, juristas, representantes de organismos patronales y de la sociedad civil, en un amplio ejercicio de parlamento abierto, una iniciativa que reforma principalmente la Ley Federal del Trabajo vigente, además de la Ley Orgánica del Poder Judicial al de la Federación, la Ley de la Defensoría Pública, la Ley del INFONAVIT y la Ley del Seguro Social.

Estas modificaciones suponen un cambio de paradigma que abarca aspectos procesales e institucionales que habrán de cristalizar, entre otros aspectos, en la instauración de mecanismos de transparencia y rendición de cuentas en los registros de sindicatos y contratos colectivos; en la protección del voto personal libre y secreto al interior de los sindicatos; en la fijación de dispositivos de transparencia y rendición de cuentas en el manejo de las cuotas y las finanzas sindicales; en la revisión de los contratos colectivos en un plazo no mayor a cuatro años, posteriores a la entrada en vigor de esta legislación.

No es cierto que sea hasta dentro de cuatro años que tengamos esta revisión, sino que se da un plazo, en estos cuatro años se tendrá que dar la revisión por lo menos una vez de estos contratos colectivos.

De la creación de un Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral, con plena autonomía de decisión y de gestión, y en la constitución de tribunales laborales adscritos al Poder Judicial. También en la incorporación de los principios de oralidad, inmediación, continuidad, concentración y publicidad, para los juicios que se desarrollen en materia laboral.

Es cierto que hay factores internacionales que invitan a que esta reforma laboral sea aprobada, ahí está el tratado que tenemos ahora suscrito entre México, Estados Unidos y Canadá y que todavía está en proceso de ratificación. También está la necesidad de cumplir con los convenios 87 y 98, suscritos por México en la Organización Internacional del Trabajo. El Convenio 189 data de 1949 y hemos tardado un sinfín de años para que este convenio sea aprobado por el Senado de la República.

Sin embargo, esta reforma laboral tiene en su esencia una historia de luchas, de movimientos democráticos sindicales, mismos que durante años clamaron por condiciones de trabajo más justas, por negociaciones de contratos colectivos que en verdad pusieran los intereses de los trabajadores sobre la mesa, además de que los sindicatos fueran efectivos en su representación y no instrumentos de simulación que se puedan vender al mejor postor.

Hoy estamos en condiciones de decir, compañeras y compañeros legisladores, basta ya de sindicatos charros, basta ya de negociaciones en lo oscuro, que perjudican a los trabajadores. Basta de la comisión entre autoridades y patrones en detrimento de los trabajadores.

En contraste, estamos en una posición privilegiada desde la cual podemos dar la bienvenida a un modelo de justicia laboral más eficaz e imparcial, la libertad sindical y de procesos de negociación colectiva que beneficien a los trabajadores.

Es cuanto y muchas gracias.

Reforma laboral en curso. Diputado Marco Antonio Medina Pérez.

La escena veracruzana
abril 2019

La reforma laboral que se está discutiendo en estos días en la Cámara de Diputados está entrando en su recta final.

Como resultado de la modificación constitucional del 24 de febrero de 2017, la ley reglamentaria, esto es, la Ley Federal del Trabajo, debió haberse modificado en la pasada legislatura. No obstante, tuvieron que esperan tiempos mejores para hacer esto realidad.

El proceso que está llegando a su término es resultado de la lucha histórica de los trabajadores mexicanos, sobre todo en la parte correspondiente a la democracia sindical y a la libre sindicación. Tuvieron que pasar décadas de lucha y de movilizaciones obreras para que se reconociera en el texto constitucional y ahora en la ley federal respectiva lo que siempre debió haber estado, el derecho de todo trabajador a que su voz y su voto fuera constitutivo del destino de su organización sindical.

Por mucho tiempo también se negó este derecho. Y aún después de la reforma constitucional hubo intentos desde la parte patronal y desde algunas centrales sindicales para evitar que se aterrizara la reforma laboral.

Ahora, con la llegada de la Cuarta Transformación, las condiciones están dadas para concluir este largo ciclo de luchas en favor de los derechos de los trabajadores.

La Reforma Laboral en cuestión, que también aparece en la agenda legislativa como respuesta a las demandas de los convenios 87 y 98 suscritos por México con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), así como por lo dispuesto en el nuevo tratado comercial México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC), implica un cambio de paradigma que abarca aspectos procesales e institucionales que suponen un salto cualitativo exponencial, cuyos principales aspectos pueden ser condensados en el siguiente decálogo:

Aseguramiento del derecho a la libre sindicación y a la negociación colectiva.
Instauración de mecanismos de transparencia y rendición de cuentas en los registros de sindicatos y contratos colectivos.
Protección del voto personal, libre y secreto al interior de los sindicatos.
Fijación de dispositivos de transparencia y rendición de cuentas en el manejo de las cuotas y las finanzas sindicales.
Revisión de los contratos colectivos en un plazo no mayor a cuatro años posteriores a la entrada en vigor de la legislación.
Constitución de tribunales laborales adscritos al Poder Judicial, en sustitución de las juntas de conciliación y arbitraje.
Creación de un Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral con plena autonomía de decisión y de gestión.
Incorporación de los principios de oralidad, inmediación, continuidad, concentración y publicidad para que los juicios en materia laboral sean más eficientes.
Implementación de las nuevas tecnologías para agilizar la justicia laboral.
Mejoramiento de criterios de prueba que propicien una justicia laboral más transparente y eficaz.

Como en muchos aspectos de la vida pública de México, la simulación y la corrupción permeaban las relaciones obrero-patronales y constituían una manera de que se desviaran los objetivos genuinos de unos y de otros. El Estado intervenía, como el gran árbitro, inclinando la balanza en un sentido o en otro, dependiendo de las conveniencias políticas del momento, generalmente para evitar que se cumplieran las demandas de los trabajadores. En la época neoliberal, esta intervención permitió el deterioro de los salarios a niveles ínfimos y la decisión arbitraria sobre la legitimidad o no de los liderazgos sindicales. Ahora, como lo ha anunciado el presidente López Obrador, no se intervendrá ni en uno ni en otro sentido. Los trabajadores serán dueños de su propio destino, sin la intervención oficiosa del Estado. Pero al mismo tiempo, por las políticas públicas en curso, se podrán recuperar poco a poco los niveles salariales y las condiciones de vida de los trabajadores.

Marco Antonio Medina Pérez

marco.a.medinaperez@gmail.com

¡Ahí viene el lobo! La narrativa fallida de la oposición. Por: @CitlaHM

Por: Citlalli Hernández*

En la palestra pública, no sé exactamente qué está pasando con el bloque opositor. Quizás aún no pasa nada; tal vez sea la combinación extraña de colores, lo que no les permite aterrizar estrategias concretas y narrativas coherentes.

Me explico: de repente nos dicen que contamos con sus votos para el bien del país, luego la “oposición” (sí, la o-po-si-ción), lanza al inicio de éste sexenio un spot donde dice que su labor será revisar que las promesas de campaña del Presidente se cumplan y, conforme avanzan los días, nos dicen que todo está mal, incluso con lo que, por lo menos discursivamente, alguna vez dijeron estar de acuerdo -la revocación de mandato, por ejemplo-.

La lógica más elemental de ser oposición suele ser la existencia de contrariedades y divergencias con el proyecto político en el poder (liberales vs conservadores, derecha vs izquierda), sin embargo, el razonamiento de “vigilaremos que cumpla con lo que dijo”, lleva consigo una legitimación al nivel: “ya sabemos que lo que se prometió en campaña está bien, pero si no lo cumplen, capitalizaremos esa falta de resultados a nuestro favor”. Es decir, no ha existido crítica alguna al proyecto planteado, sino a su ejecución o, su interpretación de ello.

Y entonces, han ido construyendo narrativas débiles bajo el argumento de que la Cuarta Transformación no existe o que el Presidente es autoritario y anti-todo; algunas de esas narrativas son poco razonables, al estilo “ahí viene el lobo” (el lobo autoritario o lobozuela, quién sabe qué, pero ahí viene).

En su desesperación por recuperar legitimidad política y fuerza, no se dan cuenta que el razonamiento de la política tradicional ya no funciona en esta nueva etapa, pues la 4T no implica sólo la llegada de Andrés Manuel López Obradora la Presidencia, sino una serie de reflexiones y motivaciones de un gran sector de la población mexicana, que está dispuesto a subir su nivel de ciudadanía y la manera de ejercerla.

Aunado a lo anterior, cada vez hay más acceso a la información y frente a narrativas débiles, un poco de información termina por romperlas. A pesar de ello, ahora sí se pasaron, han llegado a tal nivel de esquizofrenia política, que vale la pena aclarar un par de mentiras sobre las “preocupaciones” que el bloque opositor ha manifestado alrededor de la revocación de mandato.

Primero, la minuta de la Cámara de Diputados sobre revocación de mandato y consulta popular, está siendo discutida en estos días en varias comisiones en el Senado de la República, y se votará en el Pleno en las próximas semanas.

La reforma -un avance para la democracia participativa-, abre la posibilidad de que el Presidente pueda ser removido de su cargo si la ciudadanía lo mandata. Es decir, que a la mitad de su periodo de gobierno (tres años), sea sometido a un juicio popular a través de la figura de revocación. Dicha figura puede ser solicitada por el Primer mandatario, por el Congreso de la Unión o a solicitud de la ciudadanía.

El proceso de revocación sería organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE), en el mismo esfuerzo institucional, ciudadano y presupuestal de las elecciones intermedias que tenemos cada tres años para elegir diputados federales y, como todas las elecciones, será la Sala Superior del TEPJF (Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación), quien emitirá la declaración de validez de la misma.

Si el resultado fuera revocatorio, el Presidente dejaría el cargo al día siguiente de la declaración de validez de la elección del TEPJF y, entonces aplicaría directamente el artículo 84 constitucional . Si el pueblo de México decide que el Presidente siga en sus funciones, entonces el mandato es claro: que termine el encargo por el que fue electo y concluya su periodo constitucional -es decir, tres años más-.

Pregunto: si la reforma plantea que dicha consulta se realice durante el Primer periodo ordinario del segundo año de la Legislatura del Congreso de la Unión, en la jornada electoral en la que se eligen diputados federales -lo cual ocurre cada tres años-, y el Presidente sólo podría someterse a revocación de mandato una vez, entonces, ¿dónde está el “riesgo” de reelección”?

En estos días, en el Senado estaremos discutiendo sobre ello, pero si el bloque opositor sigue con la misma cantaleta, con una narrativa falsa e irracional, no sólo hará el ridículo, sino además dejará en evidencia que es temor lo que les mueve: el temor de que la popularidad del Presidente impacte en las elecciones del 2021 o, peor aún, la evidencia de su poca voluntad democrática de que, si un día vuelven al gobierno federal, puedan ser removidos de su cargo, a manos de una ciudadanía más participativa, más informada y más exigente, misma que habría votado a favor de la revocación de mandato de Peña, de Calderón y de otros más.

Hablaba del razonamiento de la política tradicional anteriormente, porque es obvio que su preocupación no es la democracia y que este bloque no pretende legislar para las personas, sino para sus temores. Si todo está tan mal como dicen, ¿por qué le temen tanto a la revocación de mandato del actual Presidente a tres años de su gobierno?

*Senadora de Ciudad de México por Morena

El miedo a la libertad y la revocación de mandato

Por: John M. Ackerman (@JohnMAckerman)

Quienes hoy se lanzan en contra de la revocación de mandato exhiben su simpatía por el pensamiento neofascista. Al rechazar esta figura de democracia directa, huyen de la libertad y abrazan una lógica autoritaria de supuesto “orden” social y obediencia ciudadana.

A mediados del siglo pasado, Erich Fromm y Theodor Adorno develaron los entretelones de la “personalidad autoritaria” que había permitido el ascenso del fascismo en la Alemania Nazi y otras naciones después de la Primera Guerra Mundial. De acuerdo con el libro clásico de Fromm, El miedo a la libertad, el rompimiento de las estructuras tradicionales y lazos comunitarios propio del proceso de “modernización” genera una angustia psicológica que empuja los individuos más débiles a aferrarse a cualquier nueva figura de autoridad que pueda poner “orden” al nuevo mundo más complejo y dinámico.

En lugar de abrazar las nuevas oportunidades para la participación y la experimentación que implica la llegada de la democracia, estas personalidades inseguras prefieren el refugio de un renovado autoritarismo modernizado en la figura del “Fuhrer” o el “Duce”.

Hoy Andrés Manuel López Obrador busca precisamente romper con esta lógica autoritaria al promover nuevos mecanismos de participación directa de la ciudadanía en la política nacional. Sin embargo, de manera perversa y torcida se le acusa al Presidente de la República de querer utilizar estas mismas herramientas libertarias para centralizar y consolidar su propio poder.

La iniciativa de reforma constitucional presentada por Morena, y ya aprobada por la Cámara de Diputados, es perfectamente clara con respecto a su intención de empoderar a la ciudadanía frente a la autoridad.

Primero, se reduce el umbral de firmas requeridas para llamar a una consulta popular de dos a un porciento de la lista nominal y también se reduce de 40 a 25 porciento el mínimo de participación en la consulta correspondiente para que el resultado sea vinculatorio.

AMLO muestra un documento en el que se compromete a no reelegirse. Foto: Especial

Segundo, se establece la figura de revocación de mandato que faculta a la ciudadanía para suspender a la mitad el mandato de un Presidente de la República, Gobernador o Jefe de Gobierno que incumpla con sus electores.

Las críticas no se han hecho esperar. La COPARMEX dice que el proceso de revocación de mandato constituiría una especie de “reelección”, cuando la realidad es justo lo contrario. La reelección, que paradójicamente la misma COPARMEX promovía activamente en su momento para legisladores y Presidentes Municipales, implica un segundo mandato para la misma persona. La revocación, en contraste, significa la suspensión anticipada del primer mandato.

Margarita Zavala ha señalado que la figura de la revocación de mandato podría tener “más riesgo de lograr un poder extra electoral que de participación ciudadana”. De alguna manera la señora Zavala tiene razón. Precisamente lo que se busca con las figuras de democracia directa es empoderar a los ciudadanos más allá de solamente el momento electoral para mantenerlos siempre activos y vigilantes, listos para castigar a un mal gobernante aún cuando haya ganado una primera elección.

Lo que realmente les preocupa a los críticos no es la supuesta centralización del poder sino precisamente su descentralización. Añoran la democracia simulada y fraudulenta de antaño y les angustia que los ciudadanos vayamos aprendiendo a ser sujetos activos en la toma de decisiones públicas. Entre más incide la sociedad, menos podrán seguir mandando las mismas cúpulas empresariales y mafias políticas de siempre.

Es importante reconocer que el autoritarismo no es una característica solamente de los gobiernos sino también de las sociedades. En lugar de defender sus derechos frente al sistema despótico, el ciudadano autoritario se burla de quienes protestan o levantan la voz. En lugar de reclamar sus derechos frente al patrón que lo explota y humilla, el trabajador enajenado se desquita violentamente con su esposa e hijos al llegar a casa. Y en lugar de abrazar a nuevos mecanismos de participación ciudadana, la mentalidad autoritaria los rehúye y los descalifica.

A pesar de décadas de vivir bajo el yugo de un sistema despótico, corporativo y clientelar, los mexicanos demostramos el pasado 1 de julio de 2018 que la personalidad autoritaria y el miedo a la libertad no habían logrado enraizarse en la cultura popular. Fracasó la campaña de miedo, de sumisión y de autodesprecio promovida por José Antonio Meade, Ricardo Anaya y Enrique Krauze, entre otros. De la misma manera, hagamos votos y tomemos medidas para que esta lógica neofascista tampoco logre su propósito de hundir el barco de la Cuarta Transformación.

Legislar ¿Para nuestras creencias o para derechos de las personas? Por: @CitlaHM

Por: M. Citlalli Hernández Mora*

En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, hace casi una semana, se comenzó a refrescar al ambiente de la discusión pública con lo que en algunos sitios ya empezamos a conocer como la “marea verde”. Sus primeros oleajes en el Senado de la República fueron rápidos y un poco golpeados, pero a juicio de quien escribe, es positivo que inicie la discusión de un tema tan controversial, urgente e importante como la despenalización del aborto.
Hay posiciones encontradas, sin duda. En el Senado de la República, un pañuelo verde, que para algunas es un “trapo” símbolo de la muerte y para otras es un símbolo de lucha y de los derechos de las mujeres, fue lo que desató una serie de intercambios respecto a la vida, la muerte, la hipocresía, las mujeres y sus derechos, el sentido de nuestra labor como legisladores, y el aborto.
Fueron unos cuantos minutos de intercambio, pero suficientes para saber que ha llegado el momento, que estamos muy cerca de iniciar una gran discusión nacional respecto al tema. Estoy convencida de que, en esta legislatura integrada por el mayor número de mujeres en la historia, se discutirán y aprobarán grandes pendientes en la agenda más progresista de derechos y libertades. La legalización, la despenalización del aborto, es uno de esos temas. Sin embargo, también ya hay elementos que nos permiten vislumbrar, como era de esperarse, que los intereses más conservadores en la sociedad mexicana se están aglutinando.
Por un lado, desde los inicios de esta legislatura, han llegado a nuestras oficinas, a nuestros correos institucionales y hasta por vía telefónica, exigencias -poco laicas, hay que decirlo-, para que por ningún motivo legislemos para “el mal”, es decir, no aborto, no matrimonio entre parejas del mismo sexo, no despenalización de la marihuana, no prohibiciónde las mal llamadas “terapias de conversión” que a través de la tortura buscan modificar la orientación sexual de una persona, etc.
Grupos y organizaciones religiosas, movimientos conservadores que se denominan “pro-vida”, son quienes están detrás de estas posturas; se les lee también, coléricos, intolerantes y violentos a través de redes sociales. Preocupados por un probable avance de derechos y libertades para todas las personas.
A pesar de ello, académicas y académicos reconocidos, feministas, organizaciones sociales, legisladoras progresistas, jóvenes y distintas personas, asumimos que este momento histórico puede hacer justicia a las demandas que han sido detenidas y postergadas por el pensamiento conservador, hegemónico y patriarcal.
Va siendo hora de entender, que no debería ser controversial buscar que nunca más en éste país, una mujer pierda la vida por practicarse un aborto de manera ilegal y sin tener acceso al sistema de salud; hablamos de derechos sexuales, del derecho a decidir y de tomar decisiones para las personas y no para nuestras creencias.
No se trata de imponerle nada a nadie. Ha iniciado un debate; será largo y ríspido, pero se abre también la oportunidad, no sólo de avanzar en derechos y combatir la desigualdad, sino también, de sacudirnos el fantasma conservador y fortalecer la letra de nuestra Constitución que nos señala como un Estado laico. A las organizaciones y pensamiento religioso, respeto; a las mujeres y a todas las personas, todos los derechos.
* Senadora de la República por Morena.

Texto tomado de político.mx

Operación Berlín: Conjura AntiAMLO

Nota original de: Eje Central / Juan Carlos Rodríguez

“¡Pauten sin miedo, carajo!”, se escuchó en la oficina la voz de un hombre joven, una exclamación profusa e impaciente que retumbó por toda la casa. La queja provenía de Ricardo Rojo, coordinador de un grupo de jóvenes a quienes les encargó producir a destajo memes, videos y mensajes para intentar desvirtuar la imagen del entonces candidato a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador.

“¡El dinero no es de ustedes, así que métanle!”, gritó nuevamente Rojo, acompañando ahora la instrucción con un furioso puñetazo en la mesa, relató uno de los presentes.

Rojo se había irritado al saber que su brigada de trolls —quienes hasta ese momento habían pagado seis mil pesos, a lo más, por cada posteo que deseaban viralizar en las redes para debilitar la campaña del tabasqueño, que ya aparecía como puntero en la mayoría de las encuestas— no prosperaba.

“Recuerden —dijo Rojo a los jóvenes antes de marcharse—: Tenemos presupuesto ilimitado”, recordó la fuente.

A partir de ese momento, el equipo de Rojo llegó a pagar hasta 50 mil pesos por cada mensaje en Facebook, Twitter e Instagram que resaltara una mala mueca de López Obrador, un arranque contra algún adversario, un exabrupto de alguno de sus colaboradores o una liga de una noticia falsa, describió el informante.

En ese paquete entraron, por ejemplo, las millonarias propiedades que le achacaban, sus supuestos nexos con Nicolás Maduro o sus presumibles vínculos con el narcotráfico. Todos, temas construidos por ellos mismos.

Uno de los integrantes de ese equipo —a quien llamaremos Miguel Ángel para conservar su anonimato— además de su testimonio mostró a este semanario recibos de nómina, fotografías, correos electrónicos y mensajes que permiten reconstruir distintos momentos de los 18 meses que trabajó este grupo, el cual tenía el objetivo de mostrar la peor cara de López Obrador y así incidir en la elección presidencial.

 

Ejecentral hizo contacto con las personas mencionadas en la trama antiAMLO para conocer su punto de vista y ejercer su derecho de réplica. Los que respondieron fueron las empresas Coppel y Grupo México, cuyos representantes dijeron que se abstendrían de opinar.

Los intelectuales Enrique Krauze y Fernando García Ramírez también contestaron a este medio y rechazaron haber participado en el plan.

Lo mismo pasó con el empresario Ricardo Rojo, la exaspirante presidencial por la vía independiente, Margarita Zavala, el empresario Alejandro Ramírez Magaña, de Cinépolis, quienes negaron estar implicados. Al cierre de esta edición no había contestado el exdiputado panista Jesús Ramón Rojo Mancillas.

Aunque el nombre Germán Martínez aparece como parte de la confabulación, el ahora director del IMSS asegura que no tuvo nada qué ver.

Autores intelectuales

Miguel Ángel contó que a mediados de 2016, dos años antes de las elecciones presidenciales, un grupo de empresarios e intelectuales se pusieron de acuerdo para lanzar una campaña negativa contra Andrés Manuel López Obrador, quien era entonces presidente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y figuraba como el único candidato que, con seguridad, aparecería en la boleta electoral.

Francisco Agustín Coppel Luken, presidente y director general de Grupo Coppel; Alejandro Ramírez Magaña, director general de Cinépolis y entonces presidente del Consejo Mexicano de Negocios, y Germán Larrea Mota-Velasco, presidente del Consejo de Administración de Grupo México, proveyeron los recursos para financiar la campaña contra el tabasqueño, informó Miguel Ángel, quien tuvo acceso cotidiano a las reuniones de planeación y elaboró contenidos que él mismo califica como perniciosos contra López Obrador y sus colaboradores.

La fuente mostró a este periódico conversaciones por chat donde recibía las instrucciones de los adversarios del aspirante morenista, además de documentos, entre ellos los recibos que la empresa Coppel le expidió por el pago de sus servicios, los cuales contienen todos los datos fiscales de la empresa.

Miguel Ángel reveló que los encargados de concebir sitios de internet y perfiles de Facebook como Populismo Autoritario, Napoleopez y Prensa México —todos ellos con tratamientos adversos al hoy Presidente de la República—, así como de reclutar al personal que elaboraría los materiales, fueron el historiador Enrique Krauze, director de la revista Letras Libres y de Editorial Clío, y el crítico literario Fernando García Ramírez, brazo derecho de Krauze, cercano al empresario Coppel y actual columnista del diario El Financiero.

Para echar a andar la estrategia que buscaba descarrilar las aspiraciones de López Obrador se habilitó como centro de operaciones la casa ubicada en la calle de Berlín, número 245, en la colonia Del Carmen, alcaldía de Coyoacán, en la Ciudad de México, aunque también había células trabajando en Guadalajara, Jalisco.

Miguel Ángel dijo a ejecentral que los empresarios que patrocinaban el plan y Enrique Krauze jamás pisaron la sede de Berlín, pero sostenían reuniones mensuales en unas oficinas localizadas en Santa Fe, al poniente de la Ciudad de México.

Los nombres aportados por Miguel Ángel coinciden con los consignados por Tatiana Clouthier en su libro Juntos Hicimos Historia, en el que revela los resultados de sus propias investigaciones sobre el origen de la página PejeLeaks.org y la campaña cibernética contra López Obrador.

El diseño digital

La operación digital se preparó desde diciembre de 2016, pero vio la luz el 23 de marzo de 2017, cuando se lanzó el primer perfil antiAMLO en Facebook, “Napoleopez”, y a partir de entonces surgió el resto.

La fuente narró que Fernando García Ramírez tenía bajo sus órdenes a tres colaboradores que fueron cuidadosamente seleccionados. Sus labores esenciales eran monitorear diariamente y en todo momento las noticias sobre López Obrador, concebir informes que quebrantaran la reputación del tabasqueño y su equipo; así como elaborar guiones para que la granja de trolls los difundieran diariamente por plataformas digitales.

De manera paralela, relató Miguel Ángel, Agustín Coppel le encargó a Jesús Ramón Rojo Mancillas, exdiputado panista, coordinar los esfuerzos para integrar un equipo de expertos en internet que pudieran generar productos viralizables y, de esa manera, detonar una opinión desfavorable para el actual jefe del Ejecutivo federal.

“Si la estrategia requiere denostar sistemáticamente al líder de Morena —le ordenó Coppel a Rojo Mancillas— entonces eso haremos”, contó la fuente.

Para que la maniobra llegara a buen puerto, dijo Miguel Ángel, Rojo Mancillas convocó a Ricardo Rojo, quien puso al servicio del proyecto la experiencia y el personal de su empresa, Expertaria, la cual dice especializarse en “monitoreo, análisis y estrategias de comunicación en redes sociales”. Dicha agencia sería la encargada de pagar los sueldos a la rama cibernética del proyecto antiAMLO.

Todos, tanto los intelectuales reclutados por García Ramírez como los trolls de Ricardo Rojo, trabajaron cubriendo turnos matutinos y vespertinos en la casa de Berlín entre noviembre de 2016 y hasta marzo de 2018. “Hubo ocasiones en que se trabajó de noche”, detalló Miguel Ángel. Posteriormente, García Ramírez y sus tres subordinados salieron del domicilio para tener juntas itinerantes en cafés o, incluso, en la propia casa del crítico literario, ubicada también en la alcaldía de Coyoacán.

El motivo de que ya no se presentaran esos personajes clave en la casa de Coyoacán, fue la renuncia de Germán Martínez Cázares al PAN —ocurrida en marzo de 2018— y su posterior adhesión a la campaña de López Obrador. El temor de los conspiradores, dijo la fuente, era que Martínez Cázares delatara la operación contra AMLO.

Miguel Ángel aseguró que Germán Martínez y Margarita Zavala —quien al principio había manifestado su interés de competir por la candidatura del PAN rumbo a los comicios presidenciales de 2018— llegaron a reunirse con los empresarios e intelectuales, apoyando incluso la maniobra para minar la imagen del hoy mandatario.

“Si Germán abre la boca y nos delata, nosotros tenemos cómo demostrar que a él también le pagó Coppel por sus servicios”, dijo García Ramírez para tranquilizar a sus colaboradores, contó la fuente.

Germán Martínez sí reconoce que asistió a la casa de Berlín, pero por invitación de compañeros panistas, quienes preparaban la campaña contra Delfina Gómez, candidata de Morena al gobierno del estado de México y rival de la panista Josefina Vázquez Mota. Sin embargo, Germán Martínez aseguró que se enfrentó con  varios de sus correligionarios, se alejó, y nunca se enteró de una operación antiAMLO.

Ricardo Rojo fue más reacio a cambiarse de casa. El encargado de la operación cibernética mudó a una parte de su equipo a The Place, un coworking ubicado en la calle Xicoténcatl 120, colonia Del Carmen, en Coyoacán. Ahí, una célula capitaneada por Sergio Navarro, íntimo amigo de Ricardo Rojo, continuó elaborando y editando contenidos, dijo Miguel Ángel.

La cita con Krauze

Los intelectuales de “alto rendimiento” que se encargarían de investigar a López Obrador y confeccionar los temas que infundirían miedo entre los ciudadanos contaron con el visto bueno de Krauze.

El historiador —acompañado siempre por el crítico literario— ya había hecho un ejercicio similar en las elecciones de 2006, con el proyecto Lupa Ciudadana, que sometía al análisis de especialistas la viabilidad de las propuestas de los candidatos a la Presidencia de la República, entre ellos López Obrador. “En aquella época cometieron una imprudencia: trabajaban en las instalaciones de Letras Libres. Esta vez no sería así. No querían exponerse ni dejar rastros”, detalló la fuente.

La cita con Miguel Ángel ocurrió el jueves 3 de noviembre de 2016, a las 18:00 horas, en el restaurante Maison Kayser, ubicado en el Centro Comercial Oasis, en Coyoacán. Faltaba un año para el destape formal de los candidatos a la Presidencia de la República. Era buen tiempo para comenzar a preparar “la función”, como solían llamarle.

El director de Letras Libres vestía pantalón de gabardina, saco negro y una camisa de cuello alto. García Ramírez, quien no dejaba de mover las manos frenéticamente, portaba un suéter café, pantalón color caqui y llevaba en la mano un dispositivo Kindle.

El historiador habló sobre liberalismo político y económico. Intercambiaron puntos de vista sobre la novela El Zarco de Ignacio Manuel Altamirano; así como de las aportaciones intelectuales de Emilio Uranga como ideólogo del PRI. “Glosó profusamente a Daniel Cosío Villegas y a Gabriel Zaid”, describió el que sería uno de sus empleados en la operación contra López Obrador. Así pasaron algunos minutos, hasta que, finalmente, hablaron de política y la carrera hacia el 2018.

“¿A quiénes ves en el escenario?”, le preguntó a rajatabla el historiador al futuro recluta. “Le respondí que probablemente Miguel Ángel Osorio Chong, Aurelio Nuño, Margarita Zavala y, desde luego, López Obrador”, relató la fuente.

Al escuchar el nombre del político tabasqueño, Krauze inhaló profundamente. Sin ocultar su desencanto por el tabasqueño, con su voz gruesa, preguntó: “¿Qué piensas de López Obrador?” Para ese momento, Miguel Ángel ignoraba que se encontraba en medio de un examen, el cual definiría si tenía potencial para convertirse en una especie de mercenario de la propaganda política, sino que albergaba la falsa expectativa de formar parte de las filas de Letras Libres e incursionar en proyectos editoriales o de investigación.

Con tal de congraciarse con el empresario cultural, describió la fuente, retomó algunos juicios que Krauze había planteado en su famoso ensayo “El mesías tropical”, por lo que calificó a López Obrador de megalómano y obsesionado con el poder. “Sabía que el escritor había demonizado al personaje y que le gustaba el sensacionalismo biográfico”, explicó.

La empatía de Krauze surgió de inmediato. “No podemos permitir que López Obrador llegue a la Presidencia”, soltó. Agregó que “la democracia liberal estaba atravesando por una severa crisis” y que “un político intolerante y explosivo no podía colarse a la Presidencia de la República”. Y repitió varias veces su eslogan de batalla: “Andrés Manuel es un peligro para México”.

Antes de terminar la charla, Krauze le comentó al examinado que estaban buscando formar un grupo de intelectuales de “alto rendimiento” para un trabajo editorial que sería intenso durante los meses por venir. “Me preguntó que si deseaba incorporarme. Y yo, emocionado y pensando que me sumaría a sus huestes intelectuales, le respondí que sí”, detalló. Después se reuniría con García Ramírez, que sería su jefe durante los siguientes 18 meses.

 

La trama rusa

El armado de la campaña antiAMLO comenzó en diciembre de 2016, cuando los investigadores y el equipo cibernético ya estaban instalados en Berlín 245, una fría y vieja casona de mediados del siglo XX.

El inmueble estaba dividido en tres grandes espacios: uno donde se instalaron los jóvenes reclutados por Expertaria —entre ellos hackerstrolls, creadores de memes y videos, y expertos en redes sociales— quienes además contaban con un estudio de televisión en la planta superior; otro, habilitado como sala de monitoreo —además de una audioteca con entrevistas y discursos pronunciados por López Obrador desde el año 2000—; y uno más para oficinas y cubículos donde trabajaban los encargados de hacer las pesquisas.

En cuanto hubo luz verde, Expertaria se encargó de incubar perfiles apócrifos y páginas de repudio contra López Obrador en plataformas como Facebook, Twitter e Instagram. De acuerdo con Miguel  Ángel, cerca de 100 empleados—entre publicistas, diseñadores, editores de video y community manager— se encargaban de procesar cerca de 20 guiones diarios que, en cuestión de minutos, se traducían en videos y memes contra la causa del tabasqueño.

“En dichas páginas se descargaban las iras, las fobias y las consignas más descabelladas contra el candidato de Morena”, describió Miguel Ángel.

Uno de los primeros encargos que recibieron los reclutas fue hacer perfiles de la gente cercana a López Obrador. La instrucción era encontrar algún vínculo, por frágil que fuera, con Venezuela, Cuba, Nicaragua o cualquier cosa que oliera a dictadura o totalitarismo, dijo la fuente.

En una de las paredes de las oficinas de Berlín había pegado un cartelón con la leyenda “la otra mafia del poder”, en el cual aparecía la foto de López Obrador, rodeada de círculos concéntricos. En el primer círculo estaba Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del candidato; los tres hijos mayores de López Obrador, además del asesor Julio Scherer Ibarra, el vocero César Yáñez y el empresario Alfonso Romo. En un segundo círculo figuraban Yeidckol Polevnsky, en ese entonces secretaria general de Morena; Ricardo Monreal, entonces delegado en Cuauhtémoc; Claudia Sheinbaum, su eterna aliada; Martí Batres y Héctor Díaz Polanco, dirigente de Morena y presidente de la Comisión Nacional de Honor y Justicia de Morena, respectivamente. Todos ellos eran objetivos prioritarios.

Miguel Ángel narró que muy al principio de 2017, uno de los investigadores propuso hacer un “reportaje” sobre la intervención rusa en las elecciones en México. Su argumento fue que la ola de noticias sobre la injerencia del régimen de Vladimir Putin en los comicios de Estados Unidos y las pesquisas que se realizaban en ese momento a integrantes de la campaña de Donald Trump harían creíble que México, por su posición geográfica, era susceptible de una amenaza similar.

Fue el propio García Ramírez quien desechó la propuesta por resultarle inverosímil y difícil de sustentar. Sin embargo, a finales de marzo de 2017, tuvo que cambiar de perspectiva. La idea de la trama rusa había seducido al director de Letras Libres y éste instruyó a García Ramírez poner manos a la obra. “Dice Krauze que debemos hacer algo sobre Rusia”, dijo García Ramírez a su grupo, según Miguel.

La fuente dijo que los únicos datos que podían hacer creíble la supuesta trama de Moscú era que el articulista del periódico La Jornada, John Ackerman, asesor de López Obrador en temas internacionales, era colaborador del canal de noticias Russia Today (RT). Algún directivo de RT tuvo la idea de llamar a Ackerman “nuestro hombre en México”, pese a que RT tiene colaboradores locales en cada país donde se transmite su señal.

El segundo dato era una versión —en ese momento, sin comprobar—, de que computadoras de San Petersburgo habían ingresado de manera masiva al sitio del INE www.votoextranjero.mx.

El resto de la argumentación se cocinó en las oficinas de Berlín con inferencias, datos sueltos y declaraciones ambiguas de autoridades de Estados Unidos, refiere la fuente de ejecentral. “Nuestro trabajo era hilar esos indicios y redactarlos de tal manera que dieran la apariencia ser investigaciones periodísticas. Y nos comprometían a que todo embonara”, aseguró Miguel.

Al final, el tema se desinfló, puesto que el propio canal RT, en un video donde le responde puntualmente a García Ramírez, se mofó de la hipótesis, además de que el embajador ruso Eduard Malayán la consideró hilarante. Incluso, el entonces vocero de la Presidencia de la República, Eduardo Sánchez, y el entonces canciller Luis Videgaray, garantizaron que los comicios estaban blindados de cualquier influencia externa.

La puntilla al invento de la trama rusa la dio el propio López Obrador con un video subido a sus redes sociales el 18 de enero de 2018, en el que, con ironía, dice estar en las costas de Veracruz esperando el “submarino que nos traerá el oro de Moscú”. Risueño, el candidato dijo: “Ya ven que ahora soy Andresmanuelovich”.

Tatiana los descubre

La mañana del miércoles 6 de febrero de 2018, la avenida Morelos, de la Ciudad de México, desde Balderas hasta Reforma, amaneció tapizada con carteles promocionales del sitio de internet PejeLeaks.org. Dos meses después, estaban por toda la ciudad. En redes sociales, los usuarios reportaban que las avenidas Constituyentes, Insurgentes, Bucareli, Chapultepec y Tlalpan también habían sido revestidas con la propaganda.

Pegados en postes y árboles, los pendones cubrían varios kilómetros y en ellos aparecía una fotografía caricaturizada de López Obrador con los logotipos de Facebook, Twitter, Youtube e Instagram.

Era un portal de internet que, según explicaban sus creadores, “responde a la necesidad de poner a López Obrador bajo el reflector, estableciéndose como una plataforma que documenta y pone en evidencia, a través de investigaciones periodísticas, su faceta más oscura y desconocida”.

El sitio, que emitió el último tuit el 4 de julio de 2018, mencionaba que “numerosos ciudadanos han arriesgado su seguridad para proporcionarle a PejeLeaks información inédita que demuestra la corrupción, el nepotismo y los conflictos de interés de López Obrador, su familia y sus colaboradores”. Por tanto, no proporcionaba datos de las personas que administraban la página, alegando motivos de seguridad. Los trabajos no venían firmados, era todos anónimos.

Tatiana Clouthier, excoordinadora de la campaña de López Obrador, afirma en su libro de reciente aparición Juntos Hicimos Historia, que “más indagaciones me llevaron a descubrir que la página de Pejeleaks había sido comprada en Panamá, operada desde Los Ángeles, California, y su financiamiento provenía, como se había contado, de empresarios mexicanos. Más tarde descubrí que se trataba de trabajos que Fernando García Ramírez, mano derecha de Enrique Krauze, le encargaba”.

En su texto, Clouthier asegura que “Enrique Krauze ha prestado servicios a los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, realizando metódicos y persistentes ataques contra López Obrador. En los últimos 10 años, Krauze ha recibido el apoyo financiero del Grupo Coppel y, en particular, de Agustín Coppel”.

Tampoco podemos olvidar, agrega en su libro la hoy vicecoordinadora de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, que “en 2012 y 2016, las campañas del empresario cultural recibieron del gobierno federal más de 162 millones de pesos mediante contratos de adjudicación directa”.

El libro refiere que si bien PejeLeaks.org era el portal más conocido de la mancuerna empresarios-intelectuales, no era el único escaparate de internet que tenía el objetivo de golpear la imagen pública de López Obrador. El equipo reunido en Berlín “trabajaba infatigablemente difundiendo sus fake news en redes sociales como Instagram, Twitter y, sobre todo, en Facebook”. El texto señala que además de PejeLeaks, algunas de las páginas donde los trolls de Berlín difundían sus memes, videos e investigaciones eran:

Por otra parte, añade Clouthier en su libro, “no era casual que los temas se repitieran en varios artículos periodísticos. Otro de los cometidos que tenía el equipo Krauze-García Ramírez era realizar ‘investigaciones especiales’ que posteriormente eran publicadas, en formato de artículos de opinión, por diferentes columnistas” caracterizados por su pensamiento antilopezobradorista.

La rutina en Berlín 245 

Durante año y medio, los trabajos en el centro de operaciones de Berlín 245 comenzaban a las 8 de la mañana y concluían a las seis de la tarde, de lunes a viernes; con excepción de aquellos días en que la información era abundante y obligaba a extenderse hacia las noches, o laborar los días domingo, como ocurrió con dos de los tres debates presidenciales, explicó Miguel Ángel.

Los tres investigadores cercanos a García Ramírez —Ricardo Sevilla, Gabriel García Jolly y Rubén Cota Meza—, llegaban a las 8 de la mañana para monitorear los medios de comunicación e identificar puntos vulnerables de López Obrador, su campaña o sus colaboradores, para después  elaborar una especie de “adelantos informativos” con posibles notas, videos o memes que metieran el pie al candidato morenista.

Miguel Ángel relató que a las 9 de la mañana, los tres investigadores acudían a la oficina de Fernando García Ramírez, quien cada día llevaba a esas juntas las instrucciones de Enrique Krauze y los temas que éste deseaba impulsar. Tanto las directrices del intelectual como las aportaciones del equipo de investigadores se traducían en órdenes de trabajo que, en cuestión de minutos, debían plasmarse en noticias, comentarios, videos o imágenes que mostraran a un abominable López Obrador.

Al salir de esa junta, García Ramírez se reunía con Ricardo Rojo y Sergio Navarro, quienes analizaban los guiones y el material escrito que generaban los investigadores para después hacerlos estallar en redes.

Pero no todo era parodia o despotricar contra el enemigo. También había trabajos más sofisticados, como el que se le encargó a un equipo de especialistas para identificar un presunto plagio en el que habría incurrido López Obrador en su libro Del esplendor a la sombra: la República restaurada, en el que supuestamente refritea párrafos íntegros de las obras de Luis González y González, El liberalismo triunfante, y de Daniel Cosío Villegas, Historia moderna de México.

Miguel Ángel reconoce que “muchas de las cosas que nos encargaban las teníamos que forzar, nunca hubo anomalías plenamente verificadas; en muchos casos caíamos en fake news, pero teníamos que hacerlo, esas eran las instrucciones” y asegura que mucho del sustento para esas supuestas investigaciones se apoyaban en inferencias o en comentarios de los articulistas más críticos de López Obrador.

En el caso de la investigación sobre el plagio de las obras de Cosío Villegas y de González y González, los investigadores hallaron algunas citas sin comillas y párrafos parafraseados, pero el texto de López Obrador, escrito en 1988 y reeditado en 2015 con el nombre El Poder en el trópico, es en esencia original.

Prueba de ello es que, según Miguel Ángel, para el segundo debate presidencial, el equipo de Berlín le vendió la “exclusiva” del plagio tanto al equipo de Ricardo Anaya, candidato del PAN, como al de José Antonio Meade, aspirante del PRI, pero ninguno de ellos se arriesgó a abordarlo, y la historia, “como un cohete cebado, tuvo que ser consignada, sin más remedio, en un desangelado artículo publicado por García Ramírez en El Financiero, el 26 de junio de 2018”.

Uno de los personajes a los que diferentes testigos vieron en la casa de Berlín fue Fernando Rodríguez Doval, exvocero de Ricardo Anaya, quien en entrevista lo negó enfáticamente.

Con el propósito de que la campaña de lodo contra el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia no quedara en la simple chunga en redes sociales, los cerebros de la estrategia abrieron perfiles de Facebook, como Historia Novelada, en los que también se hablaba de literatura, cine y series de televisión. El propósito era generar comunidad de internautas, para después inocularles el mensaje de miedo y aversión hacia el hombre de Macuspana.

Nexos con Anaya

Fernando García Ramírez, personaje que trabaja con Enrique Krauze desde hace más de 25 años, era el enlace entre los grupos que operaban en la casona de Berlín y los empresarios que patrocinaban el esfuerzo para desvirtuar la candidatura de López Obrador, reiteró Miguel Ángel.

De acuerdo con el testimonio de otra de las personas que estaba bajo sus órdenes durante los días de la campaña presidencial, García Ramírez mantenía una relación estrecha con Agustín Coppel, a tal grado que el empresario iba personalmente por él al aeropuerto cuando el crítico literario viajaba a Culiacán, Sinaloa, sede del emporio y territorio al que acudía, al menos, una vez al mes.

Para demostrar el nivel de afecto que Coppel le tenía, García Ramírez comentó entre su equipo que, cuando se aproximaba el fin de las campañas y el plan antiAMLO llegaba a su término, el empresario le pidió que siguiera trabajando para él. “Ponme aquí cuánto quieres ganar, me dijo Agustín (Coppel)” le contó García Ramírez a su equipo, según el informante.

Pero al mismo tiempo, subrayó Miguel Ángel, García Ramírez tuvo acceso al cuarto de guerra de la campaña de Ricardo Anaya, candidato de la coalición formada por el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano. “Anaya está muy contento con el trabajo que estamos haciendo”, solía decirles el columnista de El Financiero a los operadores de Berlín. Lo cierto es que ellos jamás tuvieron acceso directo a quien fuera candidato de la coalición Por México al Frente.

Miguel Ángel compartió con ejecentral un correo electrónico enviado por García Ramírez desde la dirección fgarciaramirez@gmail.com, en el que les incluyó un documento aprobado por el equipo de campaña de Anaya, y el cual contiene cuestionamientos para atacar a López Obrador durante los debates televisivos y que, presuntamente, lo exhibirían ante el público. Las preguntas fueron elaboradas en los cubículos de Berlín 245. Cabe precisar que fue a través de ese correo que este periódico hizo contacto con el columnista

“Afirmas que combatirás de frente la corrupción. Pero tú siempre has estado rodeado de corruptos. Desde que eras jefe de Gobierno, la gente ha visto a tus operadores recibir dinero en tu nombre: Bejarano, Ímaz, Sosamontes, Eva Cadena… Y tanto peca el que mata a la vaca como el que le detiene la pata. Cuando los descubren, afirmas que es un complot. Has desdeñado al Inai diciendo que es una ‘burocracia fifí’ y que la Ley 3de3 es ‘una tomadura de pelo’. No crees en la transparencia, contigo va a aumentar la corrupción. ¿Ésa es la honestidad que tanto predicas?”, dice uno de los planteamientos.

“Tú eres el responsable de la candidatura de José Luis Abarca en Iguala y, por tanto, corresponsable de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Tú llevaste a Rigoberto Salgado a Tláhuac, cuya campaña fue financiada por el narco. Ahora ofreces una senaduría a Napoleón Gómez Urrutia, acusado de hacer mal uso de 55 millones de dólares que pertenecían a los mineros. ¿A qué otros asesinos y criminales piensas ofrecerles curules y puestos de gobierno?”, reza otro de los cuestionamientos.

“Algunos de tus colaboradores más cercanos —como Yeidckol Polevnsky y Héctor Díaz Polanco— han reconocido su admiración por las dictaduras de Cuba y Venezuela. Tú mismo has dicho que te parece mejor la democracia venezolana que la mexicana, a pesar de la represión a la oposición en ese país, y que Fidel Castro es uno de tus héroes. ¿Estás utilizando la democracia para instaurar una dictadura en México?”, señala otro de los 13 ataques.

 

Fin de la función

La estrategia para torpedear la candidatura de López Obrador declinó en mayo de 2018, cuando faltaba un mes para el cierre de las campañas y en momentos que las encuestas colocaban al tabasqueño como el inminente ganador de los comicios.

Krauze fue el primero en tirar la toalla, dijo Miguel Ángel. En una reunión con los patrocinadores de la trama, el director de Clío dijo que dejaba el proyecto, que su salida del país era inevitable y que se refugiaría en Nueva York. “Pasaré seis meses en México y los otros seis en Estados Unidos”.

Germán Larrea, refiere la fuente, secundó la decisión de Krauze y se retiró del proyecto. El único que se mantuvo hasta el final fue Agustín Coppel, quien habría dicho que pondría el dinero que aportaba Grupo México “y hasta más”.

Lo último que se supo de los habitantes de la casa de Berlín es que dentro de sus oficinas continúan trabajando para Expertaria, y alimentan las cuentas de Populismo Autoritario (104 mil seguidores), Prensa México (39 mil), Política Meme (142 mil) e Injoportable (94 mil fans), en la plataforma de Facebook, para darle seguimiento a esa “masa crítica” que no comulga con el gobierno de López Obrador.

Ahora la meta de la operación Berlín es sobrevivir un sexenio, hasta se vislumbren los perfiles de los futuros candidatos a la Presidencia de la República.

Autor: Eje Central

Ver nota original: http://www.ejecentral.com.mx/operacion-berlin-conjura-antiamlo/

 

La escena veracruzana. Por: Dip. Federal Marco Antonio Medina Pérez.

Cien días de enseñanzas.

Ha sido una costumbre reciente hacer un balance de los primeros cien días de todo gobierno, algo que se antoja arbitrario pues no corresponde a ningún ciclo económico, a alguna obligación constitucional o reglamentaria. El periodo de cien días pareció inaugurarse en la necesidad de legitimación de los gobiernos, sobre todo aquellos que provinieron de fraudes o de triunfos cuestionados. Y los medios de comunicación han contribuido con la urgencia de presentar resultados prontos, aunque todos sabemos que para que haya efectos tangibles, 100 días no son suficientes.

Al gobierno de Andrés Manuel se le exige con mayor ahínco en proporción directa a la oposición que han manifestado diversos sectores a sus decisiones. Y la mayoría de los medios de comunicación refieren un balance de muchas críticas en donde se habla del autoritarismo presidencial, de no estar cumpliendo sus promesas de campaña, de la disminución de las expectativas de crecimiento económico y, oh, en el colmo de los balances revueltos de todas las pasiones, de la reciente puesta en “revisión negativa” de la deuda del país por parte de las calificadoras internacionales.
En todos estos balances faltan las respuestas a una interrogante. ¿Por qué si se critica tan mal las acciones del nuevo gobierno las encuestas de respaldo a las acciones presidenciales dan como resultado un amplio apoyo de los ciudadanos, mucho más del 53 % del que tuvo en la elección del primero de julio. Recientemente la empresa De las Heras Demotecnia dio a conocer el resultado de su última encuesta en donde la calificación aprobatoria de AMLO está por encima del 80 por ciento.
¿Cuál es la razón de que el presidente tengan un apoyo tan importante de los ciudadanos si en los medios leemos o escuchamos muchas críticas a sus acciones?
En estos primeros cien días aún no se aplica el presupuesto que con una nueva orientación se aprobó apenas en diciembre y que tuvo que esperar la expedición de muchas reglas de operación para comenzar a materializarse. Los proyectos de gran calado como la nueva refinería y la reconfiguración de las 6 en operación, el tren maya, el transístmico, el programa sembrando vida, el de jóvenes construyendo futuro y otros, apenas están en una etapa inicial. La estrategia contra la delincuencia ha contado con retrasos como la aprobación de la Guardia Nacional. Así también la política de combate a la corrupción se demoró pues apenas se aprobó la reforma constitucional para establecer como graves los delitos electorales, de corrupción, el huachicoleo y la facturación apócrifa.
No obstante, para la gente, estos cien días han sido un gran ejercicio educador para conocer las entrañas del poder político, tal y como se ejercía en el pasado, y la manera como se estaba desmantelando el país con total despilfarro, irresponsabilidad e impunidad. Desde antes del 1º. de diciembre se puso al descubierto el gran negocio de nuevo aeropuerto de la ciudad de México y se detuvo. En los primeros días el nuevo gobierno se enfrentó el huachicol, que referido a otros sectores de la vida del país resulta en un abierto y descarado robo a la Nación.
El país ha sido convertido por el presidente López Obrador en una gran aula de aprendizaje, en una gran plaza pública donde se hace examen de los problemas cotidianos del país y donde se expone a los responsables. El ágora, el foro, tan preciado por la democracia griega, es hoy una realidad mucho tiempo constreñida a los pasillos del poder o a los convenios con los medios de comunicación. Ahora que empiecen a fluir los recursos del presupuesto rescatado a la corrupción, a la ineficiencia y al despilfarro que se dio por décadas, veremos cómo se abre un abismo de diferencias entre lo vivido en la época neoliberal y los atisbos de la Cuarta Transformación. Entonces el balance será aún mejor que estos primeros cien días.

Marco Antonio Medina Pérez
marco.a.medinaperez@gmail.com

@jgnaredo nos cuenta ¿Por qué AMLO no se desgasta y sí se fortalece?

¿Por qué la popularidad de Andrés Manuel López Obrador, en lugar de descender, se ha incrementado sustancialmente en estos dos primeros meses de gobierno?

La mayor parte de los “analistas” en la prensa y bastantes académicos afirman que ejercer el poder “desgasta”. Es decir, que el uso diario de la capacidad de decidir en una administración pública afecta (la mayoría de las veces) negativamente a quien lo hace.

Por eso, expertos en marketing político y asesores (de esos que cobran millones y millones de pesos) recomiendan no “exponerse” tanto y con ello “no desgastarse”. Hay unos que hablan de dosificar los esfuerzos y “analizar” cuándo “salir a medios”, cuándo hacer propuestas y cuándo “atacar” a los adversarios. Esos expertos dan sus recomendaciones como si la política se tratara de un juego de ajedrez.

Estas recomendaciones de los “expertos” y concepciones sobre “ejercicio del poder” han llevado a prácticas casi homogéneas y a reglas seguidas a rajatabla por buena parte de los actores políticos en el país.

No salgas mucho a medios porque te desgastas.

No digas estas palabras porque te desgastas.

No vayas a muchos eventos públicos porque puede haber alguien que te diga “pendejo” y eso te desgasta.

No vayas a muchas entrevistas porque, en una de esas, el conductor te hace una pregunta complicada y te desgastas.

No hables mucho cuando haya una cámara enfrente porque te equivocas y en las redes sociales te hacen un escándalo y te desgastas.

El desgaste es el gran miedo de prácticamente todos los funcionarios públicos. Les aterra.

Por un lado les encanta que su nombre salga en periódicos y que los “analistas” los escriban en sus artículos o los digan en cabinas de radio o estudios de televisión. Pero siempre en “positivo”, nunca en negativo. Les encanta brillar, pero eso sí: detestan el desgaste.

Esto es verdad para prácticamente todos quienes han participado como administradores públicos:los del PRI los del PAN los del PRD los del Verde los de Movimiento Ciudadanos…

Pero Andrés Manuel López Obrador no.

Ahí es donde está la esencia de la singularidad de su liderazgo y de ahí nace la incapacidad de “analistas”, académicos y políticos para comprender qué está sucediendo hoy. No comprenden por qué Andrés Manuel no se está desgastando. No lo alcanzan a entender. Les parece “extrañísimo” que alguien que todos los días está enfrente de la gente, no se desgaste, sino que se fortalezca.

Ningún político se arriesgaría a salir de lunes a viernes a las siete de la mañana a platicar una hora o una hora y media con reporteros que tengan completa libertad para cuestionar y preguntar. Nadie.

¿Por qué lo hace AMLO?

La cuestión está en eso, en la lógica del desgaste:López Obrador nunca la ha seguido, nunca la ha practicado. Si así hubiera sido, por ejemplo, nunca hubiera hecho una macha desde Tabasco a la Ciudad de México, nunca hubiera planteado un plantón, nunca una asamblea, nunca hubiera andado recorriendo pueblo por pueblo durante tantos años.

Andrés Manuel López Obrador ha sido siempre claro: el gobernante en México debe darlo todo para que el país mejore, para crear justicia, para que los pobres no sean pobres. Para que exista equidad.

La cuestión es que actuar con esa lógica (la de Andrés Manuel) no se logra siguiendo los designios del “no desgaste” que recomiendan los expertos en marketing político.

¿Se imaginan que AMLO se hubiera puesto a “analizar” si otorgar apoyos a adultos mayores le generaría “negativos”? ¿Se imaginan que AMLO hubiera hecho un sesudo análisis sobre cómo beneficiaría a su imagen un programa social, una decisión de gobierno, una declaración?

Cuando AMLO aún era presidente electo, los analistas estaban enloquecidos: ¿cómo es posible que tenga tantas actividades públicas, que diga tantas cosas, que salga tanto a la calle? ¿Cómo es posible que se “esté desgatando tanto”? Algunos argüían que AMLO llegaría a su primer día de gobierno completamente “desgastado”. Estuvieron rotundamente equivocados.

La cuestión es que estamos ante un mandatario que no piensa en “cuidarse del desgaste”, sino en acciones, y que tiene claro que el ejercicio del poder debe servir a la gente. Si desgasta o no, si es “bueno” para la imagen o no, importa nada: el poder se debe ejercer en beneficio de la gente, especialmente a la más humilde.

AMLO sabe que haciendo un buen trabajo pasará a la historia como un buen presidente. Un presidente al que se le extrañará. AMLO, pues, no piensa en el “desgaste” que es el futuro inmediato, sino que piensa en la historia, que es paradójicamente en este caso pensar en el futuro.

Y eso lo sabe bien. Pasar a la historia como un buen presidente se hace no pensando en el “desgaste”, sino en las acciones, en lo concreto, en mejorar las condiciones de vida de la gente.

Por eso AMLO hoy tiene tanta aceptación. Y sus adversarios no saben qué hacer. Algunos analistas, tratando de esconder su incapacidad para comprender el por qué AMLO es tan popular, explican las altas cifras en las encuestas como el desenlace de las malas decisiones que la oposición está tomando. Con ello le restan mérito a lo que hace AMLO y todo se reduce a que los opositores han cometido errores.

Es absurdo, pero eso piensan.

La cuestión no es si los opositores hacen bien o mal las cosa, la cuestión está en AMLO, en lo que representa, en la lucha que desde las instituciones está haciendo para que este país sea mejor.

Mientras López Obrador mantenga las convicciones en un país más justo, y buenos resultados, es imbatible. Y seguirá “por las nubes” su popularidad, haga la oposición lo que sea.

Tomado de http://Polemon.mx