“Decálogo de consejos (gratuitos) a cierta oposición que sale a marchar:
1. Toda protesta social debe objetar las acciones u omisiones de algún o algunos personaje o personajes en el poder.
Procure no objetar al personaje en sí mismo. Menos aún con asertos racistas o clasistas.
2. Las consignas que usted emita en su marcha serán un indicador preciso de su ideario y valores políticos.
Por lo tanto, al hacerlas, usted deberá ser consigo mismo tan exigente como lo es con los demás. Por ejemplo: procure no acusar a sus adversarios políticos de “ignorantes” si usted no sabe escribir la palabra “ignorancia” en sus proclamas.
3. Recuerde que el derecho a decir lo que usted piensa, por fuerza debe ir precedido de la obligación de pensar lo que usted dice.
Anatemas discriminadores e incitaciones al asesinato no tienen cabida en una marcha democrática, ni en ningún sistema político civilizado. No las defienda ni mucho menos las reproduzca.
4. En una marcha, el logro del objetivo siempre va a ser incierto. Pero el objetivo, ése sí, debe ser más o menos preciso.
Si usted sale con pancartas que dicen “Presidente, renuncie”, y al mismo tiempo con otras que dicen “Presidente, póngase a trabajar”, su bipolaridad política moverá a risa más que a la solidaridad.
5. Cuestiónese siempre qué o quién origina una marcha y bajo qué circunstancias.
Si se dice usted marchista “apartidista, ciudadano y espontáneo”, reducirá mucho su credibilidad si al mismo tiempo apoya a politicastros que usen su misma marcha para obtener réditos políticos, como Calderón o Fox.
6. Las marchas son exposiciones de catarsis colectiva y retórica ampulosa. Es natural que en ellas haya expresiones seductoras aunque no sean políticamente “exactas”. Eso es normal y adecuado.
Pero no se vuele la barda. Si usted está marchando libremente, sin granaderos madreándolo y sin presos políticos, se ve usted muy mal acusando que hay “una dictadura totalitaria”. Si la hubiera, no podría quejarse al respecto con tal facilidad.
7. Recuerde que toda marcha debe ser un mecanismo de búsqueda de respeto, restitución o de adquisición de algún derecho y/o de visibilización o resolución de alguna desventaja o problema sociales.
Si sale usted a su marcha a querer conculcar o cancelar los derechos de otros o de terceros, su acto será como una serpiente que se come la cola a sí misma.
8. En su marcha, y en su vida, por favor absténgase de difundir tergiversaciones amarillistas, noticias falsas, datos no verificados, paparruchas, predicciones catastrofistas y todas esas pamplinas que no contribuyen al debate saludable, sino que lo contaminan.
9. Sepa usted repartir responsabilidades. No es muy saludable, ni muy estratégico para su causa, que salga usted a exigir resultados, o a exponer quejas, contra autoridades que no tienen vela en el entierro.
10. Y por último, recuerde que del tamaňo de su objetivo político será el tamaňo de su autoridad moral.
Salir a protestar contra “los migrantes muertos de hambre”, o salir a acusar que quienes no votaron por el partido de sus simpatías son “descerebrados”, hablará más mal de usted que de las autoridades a las que dirige su oposición.
En esencia, cuando marche, recuerde que usted debe salir pacíficamente a manifestarse. No a exhibirse.
Salud.”
Héctor Alejandro Quintanar
(tomado del muro personal del autor en FB)