El poeta Héctor Pineda Sánchez de 18 años de edad recibió el premio de la categoría de poesía en zapoteco que otorgó el Centro de las Artes San Agustin (CaSa)
Con un paliacate rojo en la cabeza, una playera negra como insignia de libertad y sus huaraches istmeños, el poeta Héctor Pineda Sánchez de 18 años de edad recibió el premio de la categoría de poesía en zapoteco que otorgó el Centro de las Artes San Agustin (CaSa), una iniciativa que nació en el 2011 por el pintor oaxaqueño, Francisco Toledo y a quién este joven poeta le dedicó como un homenaje póstumo.
“Este premio se lo dedico al maestro Francisco Toledo, como un homenaje a su amor por su tierra, por el arte, por la naturaleza y sobre todo, por su amor a las lenguas originarias, ya que para mí es como recibir una sonrisa del maestro por hacer algo que a él le agrada”.
Héctor fue galardonado tras escribir un poemario en su lengua materna, el Didxazá “zapoteco” llamado “Yooba’ guendarusiaanda’ que en castellano significa “El cementerio de los recuerdos” en donde a través de doce poemas habló del erotismo y la ironía del amor entre un hombre y una mujer.
El premio otorgado fue de 30 mil pesos a cada ganador, los de la categoría de poesía y premio Mario Molina de la lengua zapoteca también fueron merecedores de una obra gráfica del pintor zapoteca, Francisco Toledo.
“Me siento muy feliz y agradecido con las personas que han creído en mí, con el Centro de las Artes de San Agustín y otras instituciones que cada día se han ido sumando a este proyecto por abrirnos las puertas, y sobre todo al maestro Francisco Toledo, por su preocupación hacia la literatura de nuestras lenguas originarias, y asimismo, por la integración de las otras lenguas hermanas que este año pudimos apreciar”.
Héctor estudia el quinto semestre del Colegio de Bachilleres del Estado de Oaxaca (Cobao) Plantel 63 “Juchitán”, y es oriundo de Santa María Xadani, un municipio del Istmo de Tehuantepec donde el 90 por ciento de su localidad aún mantiene viva la lengua materna.
“Desde pequeño me ha gustado escribir, mi lengua la heredé de mis abuelos y de mis padres, este premio me motiva a seguir escribiendo y lo seguiré haciendo, también voy a invitar a otros que lo hagan, nuestra lengua no debe morir, al contrario debe revivir en los poemas, en la poesía, en la música, en el canto”, finalizó.