No queremos darnos cuenta de la enorme descomposición del tejido social, y no queremos aceptar que es a causa de nosotros mismos, que es por la falta de valores, de civilidad, de comunicación, de convivencia familiar, de educación y de principios. Preferimos voltearnos y darle la espalda a toda esa problemática familiar que tenemos, para voltear a ver hacia las protestas, hacia las marchas, hacia la exigencia a terceras personas; pero los problemas de violencia emanan de la sociedad misma, de nuestras familias de nuestros círculos sociales.
Sería genial que en vez de un día sin mujeres o un día sin hombres o un día de marchas, pudiéramos hacer un día de denuncias, un día en el que llenemos a las autoridades de las denuncias de nuestro propio entorno, de nuestras propias familias para obligar a las autoridades a dar seguimiento puntual y oportuno a todas las situaciones de violencia que se tienen dentro de los hogares. ¿Porque no denunciar a tu padre o a tu madre o tu herman@, tí@, profesor, amig@, pareja, sacerdote o cualquiera que te haya causado un daño en tu infancia, en tu juventud o en tu adultez? ¿Por qué no crear un día de denuncias en donde las niñas y niños puedan ser rescatados de sus padres que los tienen olvidados, desprotegidos, sin atención, sin cuidados, abusados muchos de ellos, golpeados y maltratados por sus propias familias o por el padrastro o la madrastra.
Todos estos problemas que muchos viven y que prefieren callar y ocultar porque son causados por su propia familia ¡y les duele! de alguna u otra manera permea en la sociedad, va creando un tejido social que apesta y se va pasando de generación en generación dando como resultado gente sin escrúpulos, ladrones, asesinos, violadores, corruptos, autoridades que no atienden los problemas, policías insensibles y a un sinfín de servidores públicos déspotas, groseros y frívolos, pero que también son parte de ésta sociedad, todos ellos salieron de una familia, algunos pueden ser tus familiares, tus vecinos o tus amigos, y no sabemos que haya pasado en esa familia, en su infancia o en su entorno que los tiene actuando de esa manera.
Rascar en las entrañas de nuestra familia y de nuestro entorno es lo que puede sacar todo eso que ha dañado a la sociedad, es lo que puede representar un cambio y la creación de nuevas generaciones con valores, con principios, que respeten la vida y los derechos de todos; pero casi nadie quiere denunciar a su familia o a sus conocidos, casi nadie quiere sacar a la luz que fue abusado o maltratado, y prefieren seguir en una relación TÓXICA y repetir el patrón consciente o inconscientemente generación tras generación agravando la descomposición social.
El reto es muy difícil y los cuestionamientos duros, lo sé, pero por lo menos te hará pensar un poco y entender en dónde está la raíz del problema, todo lo demás son consecuencias de lo que callamos.