Menosprecian al pueblo de México aquellos que creen que la libertad de los criminales peligrosos, de la talla de Felipe Calderón, dependerá en gran medida de la voluntad del ocupante en turno de la Casa Blanca. Menosprecian a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) aquellos que creen que el presidente de los Estados Unidos, sea del color que sea, va a poder hacer con México lo que le dé la gana, como era permitido antes por los gobiernos neoliberales del PRIAN.
El presidente, AMLO, tuvo que leer la Constitución durante una de sus conferencias mañaneras para dejar en claro a sus malquerientes que él no puede «entrometerse en asuntos de otros países y pronunciarse como juez electoral sobre temas que solo competen a los pueblos y a los gobiernos de otros países». Eso sí, también debe de quedar bien claro que AMLO no avalaría ni fraudes ni golpes de Estado, viniesen de donde viniesen, fuesen del bando que fuesen.
En realidad, no importa el nombre que lleve el presidente de Estados Unidos, México siempre debe estar alerta. Ambas partes, ya sea bajo la bandera republicana o bajo la bandera demócrata, han cometido sus sinvergüenzadas en México y en toda Nuestra América Latina a través de la historia. Parafraseando a nuestro presidente, nosotros no somos del partido republicano ni del partido demócrata, nuestro partido es México.
Algunos harían bien si siguieran el ejemplo de AMLO de no entrometerse en cuestiones internas de otros países para que luego no quieran venir a entrometerse en cuestiones internas de tu país. En otras palabras, siempre debemos decir:
¡Sí a la autodeterminación de los pueblos!
¡Sí a la solución pacífica de las controversias!
¡No a la intromisión!
Por: Marco I. Dávila C. / Twitter: @pormiraza1